La discrecionalidad de la Iglesia para determinar quiénes son afectados por la cuaresma
Echeverría ironiza sobre la posición de la Iglesia con respecto a quiénes pueden comer carne y quiénes no durante la cuaresma.¨¡Cosa extraña que haya estómagos privilegiados y estómagos sujetos a leyes inviolables, y que la Iglesia tenga la llave de los estómagos!¨, dice el narrador. A partir de esta frase, se pone en evidencia la hipocresía de la Iglesia, que permite que el Restaurador y su círculo no respeten el ayuno, tal y como lo determina el catolicismo, mientras es intransigente con el resto del pueblo.
Esta injusticia es doblemente irónica considerando que el pueblo al que se le exige respetar las restricciones alimentarias durante la cuaresma es la parte de la sociedad que sufre de hecho la escasez y el hambre durante el resto del año.
La comparación del Restaurador con San Agustín
¨... no había fiesta sin su Restaurador, como no hay sermón sin San Agustín¨, dice el narrador. En esta cita, Echeverría es irónico al comparar al Restaurador con un santo. De esta forma, ironiza sobre la manera irracional en la que los federales adoran al Restaurador. Más allá del hecho de que Rosas fuera un tirano para Echeverría, la frase critica con ironía el fanatismo casi religioso que el pueblo había desarrollado por Juan Manuel de Rosas.
La dependencia de la Iglesia y la Justicia respecto del Restaurador
Cuando la frase ¨... la justicia y el Dios de la Federación os declararán malditos¨, Echeverría denuncia con ironía la utilización de la Iglesia y la justifcia al servicio y la conveniencia del Restaurador, Juan Manuel de Rosas. Hablar del ¨Dios de la Federación¨ es un evidente gesto irónico que busca dejar en claro que Rosas controlaba no solo la justicia, sino también la Iglesia.
La equivalencia entre ser federal y ser un "buen católico"
Cuando el narrador describe a los abastecedores como "buenos federales, y por lo mismo, buenos católicos...¨, podemos ver claramente cómo Echeverría establece con ironía una relación directa entre ser federal y ser católico. El autor no confiaba en la Iglesia por considerarla parcial a favor de Rosas, tal como vimos en otros ejemplos de uso de la ironía.
Por otro lado, la religión se contraponía a los ideales románticos del autor, que basaban sus bases en la razón. Por eso, el hecho de asociar a los federales con el catolicismo es una forma de decir que eran personas irracionales, que sus actos no seguían la razón.