Chac Mool Elementos Literarios

Cuento.

México, mediados del siglo XX.

El narrador principal es Pepe, el amigo de Filiberto, quien cuenta su historia y recupera fragmentos de su cartapacio. Filiberto es el narrador del relato enmarcado, es decir, de las entradas de diario que cita Pepe en el relato-marco.

Pepe transmite la incertidumbre que le produce no entender el comportamiento extraño de Filiberto, mientras este va recuperando los hechos insólitos que relaciona con la influencia del Chac Mool, lo que le da un tono de intriga y suspenso a la trama.

Filiberto es el protagonista de los sucesos que ocurren en la historia y la estatua que cobra vida del Chac Mool se presenta como su antagonista, que lo somete a su voluntad y le hace perder su trabajo, su casa y, finalmente, su vida.

El conflicto de la trama es el sometimiento de Filiberto al poder del Chac Mool. La presencia de esta figura divinal arruina su vida y lo lleva a acrecentar el sentimiento de soledad y exclusión, que ya era parte de su percepción nostálgica de su infancia y juventud. Filiberto quiere poseer al Chac Mool, pero es el Chac Mool el que logra poseerlo a él.

El momento de clímax tiene lugar cuando Filiberto cuenta cómo se presenta ante su habitación la estatua del Chac Mool convertida en un ser viviente.

La broma del agua pintada de rojo en el trabajo de Filiberto presagia el poder que tendrá el agua como elemento que vivifica al Chac Mool, y que también será lo que conduce a la muerte a Filiberto. El rojo se relaciona con la sangre del ritual sacrificial del que forma parte la estatua de piedra.

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En el cuento hay varias alusiones literarias y referencias a la cultura indígena de la que forma parte la estatua del Chac Mool. Ver sección Intertextualidades literarias en "Chac Mool".

Ver sección Imágenes.

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El final del cuento, cuando el Chac Mool le dice a Pepe que deje el féretro de Filiberto en el sótano, establece un paralelismo con el comienzo de la historia, cuando Filiberto coloca en el sótano al Chac Mool. Este paralelismo sugiere el cambio de roles, puesto que, si Filiberto empezó siendo dueño del Chac Mool, este termina siendo el dueño de Filiberto.

Puesto que la estatua del Chac Mool aparece en el relato como un objeto que encarna el pasado prehispánico, con los poderes de sus dioses y su liturgia sacrificial, podemos tomar ese objeto como una sinécdoque de ese pasado y su cultura, que sigue viva en la México contemporánea a la trama del relato.

Antes de que la estatua del Chac Mool cobre vida, Filiberto empieza a darle rasgos humanos que lo personifican. Por ejemplo, cuando Filiberto pone la estatua en el sótano, dice que "su mueca parece reprochar[le] que le niegue la luz" (p.7).