Resumen
Séptima entrega
Esta entrega está integrada por una serie de cartas escritas por Juan Carlos a Nené desde Cosquín, entre julio y agosto de 1937. A cada carta sigue una descripción de las acciones que desarrolla el personaje al terminar de escribir.
La primera carta está fechada el sábado 3 de julio. En primer lugar, Juan Carlos le reprocha en tono jocoso a Nené haber llorado poco en su despedida, y le advierte de no salir esa noche de sábado. Le pregunta a Nené cómo está. El tono de su escritura es cariñoso. Dice que se interrumpe para tomar el té y luego regresa a escribir. Luego le cuenta detalles del hostal en el que se aloja para el tratamiento, y manifiesta su fastidio y hartazgo. Se queja más que nada de que lo controlan. Confiesa que se baña en el río aunque lo tiene prohibido, desoyendo la indicación médica. Hacia el final, amenaza a Nené para que le sea fiel. Se despide contándole que en la clínica no hay enfermeras jóvenes, por lo que ella no deber temer que él la engañe. En el comentario de acciones posteriores, el lector se entera de la mentira de Juan Carlos acerca de las enfermeras, y de que un profesor de latín lo ayuda a corregir la ortografía de las cartas. También se entera de que no solo le escribe a Nené, sino también a su familia y a otra mujer de identidad desconocida.
La segunda carta está fechada el sábado 27 de julio de 1937. En primer lugar, Juan Carlos se queja de que solo su familia le escribe, y se lamenta en particular de las cartas de su hermana porque considera que esta pone poco empeño en escribirle: "Llegó primero carta de mi hermana, tenés que ver qué carta sarnosa, una carilla y media escrita en la clase mientras los alumnos hacían un dibujo" (p. 94). A continuación brinda más detalles de la clínica y confiesa temor a que su salud empeore. También le cuenta que visitó el hospital "para pobres", es decir el hospital público, y que quedó muy perturbado. Transmite preocupación. También muestra un interés y una afectuosidad creciente hacia Nené. Se despide pidiéndole que le escriba rápido. En el comentario de acciones posteriores, el lector entiende que ha ocurrido algo entre Juan Carlos y una de las enfermeras. Además, sigue escribiéndose con su familia y con la otra mujer, a quien parece escribirle más que al resto.
La tercera carta está fechada el 10 de agosto de 1937. En primer lugar, Juan Carlos se queja de lo poco que le escribe la gente. Luego le cuenta una historia familiar relacionada con unos campos que debió haber heredado y no heredó. A continuación, expresa que la quiere, que no sabe si antes sentía lo mismo pero que ahora siente que la quiere de verdad, y le hace promesas que traslucen proyecciones de un futuro juntos. En la posdata, le cuenta que el profesor de latín elogia las cartas de Nené y que le manda saludos. Esta es una de las pocas veces, sino la primera vez, que leemos una muestra de cariño sincera de Juan Carlos hacia Nené. En el comentario de acciones posteriores nos enteramos de que esa es la única carta que el joven envía en esa oportunidad, y que está muy mal de salud, padeciendo tos y sofocaciones. La entrega se cierra con los interrogantes que se hace el profesor de latín después de corregir esa única carta. Allí nos enteramos que Juan Carlos tiene pensado pedirle matrimonio a Nené, aunque sigue dirigiéndose despectivamente hacia ella y deseando a Mabel. Por otro lado, es la primera vez que la enfermedad que padece Juan Carlos aparece nombrada: el protagonista padece tuberculosis.
Octava entrega
Esta sección comienza con la cuarta carta desde Cosquín, fechada el 19 de agosto de 1937. Esta carta queda a medio escribir. Juan Carlos le cuenta a Nené que se siente mejor que nunca. También asegura que se comprometerá con el tratamiento, ya que los médicos le han advertido que se cuidara, y él ha comprendido. A continuación, indirectamente le propone matrimonio a Nené, y le promete que a su regreso, ya curado, empezarán una nueva vida. La carta se interrumpe aquí, porque Juan Carlos acude al profesor de latín para continuarla, puesto que quiere escribir una buena carta de amor. Tras un breve entredicho, el profesor advierte a Juan Carlos que no confíe en la palabra de Nené, que quizás sea lástima lo que ella siente por él y no amor, y le cuestiona su egoísmo por querer atar a Nené a su enfermedad. Juan Carlos se retira ofendido de la habitación del hombre y la carta queda incompleta. Cuando se acuesta a dormir tiene pesadillas y alucinaciones relacionadas con Nené y la tuberculosis.
La quinta carta está fechada el 31 de agosto de 1937. Es mucho más breve y directa que las anteriores, y Juan Carlos la envía sin corregir. En ella le informa que volverá a Vallejos. Según dice, debe solucionar los problemas económicos por los que no puede seguir pagando el sitio en el que se queda en Cosquín. Asegura que está cumpliendo con el tratamiento y que pronto volverá allí para curarse. En la descripción de acciones posteriores nos enteramos que Juan Carlos está efectivamente respetando el tratamiento.
La sexta carta está fechada el 9 de septiembre de 1937. Brevemente, Juan Carlos le informa a Nené que debe volver indefectiblemente al pueblo, que además tiene problemas con la renovación de la licencia por enfermedad que le han concedido en la Intendencia y que se siente muy mal anímicamente. En la descripción de acciones posteriores, nos enteramos de que Juan Carlos se baña en el río una vez más y que en efecto tiene un romance con una enfermera, de nombre Matilde.
Tras las cartas, hay tres documentos: una ficha médica del 11 de junio de 1937, un archivo policial fechado el 29 de julio de 1937 y un documento del Ministerio de Agricultura. A través del primero, el lector se entera de que La Raba está embarazada, que en enero tendrá un hijo, y que no ha dicho quién es el padre. A través del segundo texto, el lector se entera de que Pancho ha sido admitido en la escuela de policía, y que pasará varios meses en la ciudad de La Plata, capital de la Provincia. Con el tercero, el lector se entera de que el compromiso entre Mabel y el inglés se ha roto porque el padre de Mabel lo estafó, y el primero inició acciones legales.
Finalmente, el último texto de esta sección es una descripción de las acciones, sensaciones y pensamientos de Juan Carlos cuando llega al pueblo en el colectivo, pasa por su casa, se encuentra con su familia, se entera del compromiso roto de Mabel, rechaza el reclamo de madre e hija que lo acusan de estar relacionado con dicha ruptura, se reencuentra con Nené, discuten porque él quiere tener sexo y ella no, se va a buscar a Mabel y entra por la comisaría en obra, no la encuentra y vuelve a la calle.
Análisis
En estas entregas el tema del machismo, la misoginia y la violencia hacia las mujeres aparece fuertemente retratado.
En la primera de estas entregas, el tono en que escribe Juan Carlos a Nené es afectuoso, cercano. Contrasta visiblemente con la forma en que él venía tratando a Nené con anterioridad. Hay muchas expresiones de cariño y la carta en general deja traslucir interés por la cotidianidad de la muchacha. Hay un notorio cambio en el ánimo del personaje, quien se muestra vulnerable e ilusionado. Sin embargo, seguimos encontramos muestras de control, amenazas y misoginia, por ejemplo cuando él le reprocha falta de entrega durante la despedida previa al viaje: "Al final tanto no yoraste, apenas unas lagrimitas de cocodrilo, que a una mujer al fin y al cavo mucho no le cuesta" (p. 91). Además hacia el final de la carta, le recomienda en todo amenazante no engañarlo: "Y vos rubia mejor es que te cuides bien porque yo allá dejé mis bigías bien apostados, nada de malas pasadas porque me voy a henterar" (p. 92).
Terminando la séptima entrega, las reflexiones del profesor de latín desenmascaran a Juan Carlos. Las preguntas que se hace el hombre plantean al lector la hipótesis de que el supuesto amor de Juan Carlos no es sino interés en asegurarse una cuidadora que se ocupe de él, interés basado en el egoísmo y el miedo a la muerte. Esto se vincula con la cuestión de los estereotipos femeninos que aparecen en la novela y que son cuestionados por el autor, en este caso, a través de las reflexiones del profesor. En efecto, el profesor se pregunta si Juan Carlos es capaz de ligar a una mujer a su vida estando tan enfermo como está (aparece aquí el modelo de la mujer/madre y de la mujer/esposa). También se pregunta por qué Juan Carlos sigue recordando jocosa y maliciosamente una equivocación doméstica en la que incurrió Nené una vez, al servir una bebida en la vajilla correspondiente a otra bebida; y por qué, pese a manifestar cariño e interés por la muchacha, sigue sosteniendo que otra mujer, Mabel, es más refinada (p. 100).
Hacia el final de la octava entrega, última sección de la primera parte de la novela, tiene lugar un hecho de violencia machista que en una primera lectura no se advierte, pero que el lector puede comprender al concretar la lectura de toda la novela y volver sobre este momento. Es la violación de una niña del pueblo cometida por Juan Carlos. En efecto, en base al texto de esta sección el lector sabe que, tras las negativas de Nené a tener sexo con Juan Carlos, este acude despechado a la casa de Mabel buscando su compañía, pero ella no está y él se va disgustado, atravesando la construcción lindera, por donde ha entrado clandestinamente. Pero luego, al continuar la lectura a lo largo de las entregas siguientes, aparece el relato de la víctima sobre este hecho, y el lector puede deducir que el momento en que la agresión tiene lugar es este. Resulta interesante la forma en que el narrador introduce el tema de las violaciones, que no son reconocidas como tales por los personajes, o bien no salen a la luz; el narrador logra reproducir el velo con el que la sociedad recubre esta problemática. Por otro lado, la descripción de las acciones de Juan Carlos previas al hecho evidencian su obstinación en tener sexo esa noche, ya sea a la fuerza o consentidamente, con su novia Nené o con cualquiera, y lo muestran como una persona caprichosa, egoísta y misógina. En un mismo párrafo aparecen las tratativas para tener sexo con tres mujeres: Con Nené "«no querido, si yo te lo pido vas a decir que soy una cualquiera, eso nunca, y pueden aparecerse papá y mamá, y yo tengo miedo, Juan Carlos ¿por qué los hombres son así? ¿no te conformás con tenerme abrazada?» el portón, el ligustro, el viento, el frío, «Juan Carlos, no te vayas enojado!»"; con Mabel: "Mabel, Mabel, ¡Mabel! yo tengo ganas de verte"; y, según sabemos luego, con la niña del pueblo: "el frío, la oscuridad, la obra en construcción, la entrada terminada, el candado, la cadena, no hay mal que por bien no venga." (p. 113).
Por otro lado, el tema de la muerte se hace presente con ímpetu. La situación de la salud de Juan Carlos es expuesta en las palabras y reflexiones del profesor de latín quien, recordemos, pone nombre a la enfermedad que padece aquel personaje, y aborda directamente la inminencia de su muerte: "¿tenía conciencia Juan Carlos de la gravedad de su mal? ¿aceptaría Nené, en caso de ser virgen, casarse con un tuberculoso? ¿aceptaría Nené, en caso de no ser virgen, casarse con un tuberculoso?" (p. 100). En la octava entrega ya se percibe la desesperación del joven, tanto por su salud como por su situación financiera. También el lector logra advertir el carácter impulsivo, interesado, desleal y ruin de Juan Carlos.
Al respecto de estas dos últimas secciones de la primera parte de la obra, se pueden mencionar algunos temas laterales, como la influencia de la escritura dramática en la pluma del autor, las lecturas que es posible hacer de esta novela desde la filosofía y los vínculos que es posible trazar entre esta y otras obras artísticas.
En primer lugar, los textos que aparecen después de cada carta, a los que hemos llamado "comentarios sobre las acciones posteriores", nos recuerdan las didascalias del texto dramático, tanto por su formato como por su lugar en el texto. Esto es un recurso que aparece en otras obras del autor, quien también escribió teatro, argumentos de teatro y guiones. Así podemos ver la influencia que el género dramático ejerce en su obra narrativa.
Por otro lado, la utilización del método descriptivo habilita el análisis filosófico de esta novela desde un punto de vista fenomenológico. Este y otros aspectos típicos del autor, como la ausencia de narrador y el énfasis en el contexto perceptivo de las acciones (por ejemplo, la mención de lo que los personajes ven, o lo que huelen, o la parte del mueble que están tocando, entro otras) tienen mucho que ver con el objeto de estudio y el método de dicha escuela filosófica.
Por último, el texto sobre las alucinaciones y pesadillas de Juan Carlos puede leerse en relción a la lectura de cartas que le hace la gitana. Ambos textos están plagados de imágenes y simbolismos. En el caso de las alucinaciones, el texto nos hace pensar en una visión de El jardín de las delicias, del pintor flamenco conocido como El Bosco. De alguna forma, las imágenes caóticas y horrorosas de las alucinaciones, junto con el relato alegórico de la gitana, muestran el porvenir y el desenlace de la vida de Juan Carlos.