Ramón J. Sender nace en Huesca, España, el 3 de febrero de 1901. Su padre fue secretario del ayuntamiento de Chalamera; su madre, maestra. Durante su adolescencia, su familia se muda a Zaragoza. En su novela autobiográfica Crónicas del alba, Sender explora esos primeros años en los que sufre a causa de la rigidez y exigencia de su padre. El autoritarismo de su padre se le hace intolerable y a los dieciséis años el conflicto entre ambos lleva a Sender a dejar la casa del padre y trabajar como ayudante en una botica para poder mantenerse. Una vez terminado el bachillerato, a los dieciocho años, se muda a Madrid, donde también trabaja en una farmacia. Allí, escribe y publica cuentos y artículos. Luego, es acusado de haber entregado un medicamento sospechoso a un hombre poderoso, por lo que pierde su trabajo y durante unos meses vive en la calle. Durante ese período no deja de escribir y acude todos los días a un centro cultural para leer y escribir. Gracias a su tenacidad, aun en estos momentos de crisis, Sender continúa publicando artículos y otros escritos en diarios como El País, Nueva España y La Tribuna.
A la par de sus ocupaciones literarias, Sender empieza a involucrarse con agrupaciones de obreros anarquistas. Cuando su padre se entera de las condiciones en las que vive su hijo, le obliga a volver a casa. De regreso con su familia, Sender escribe para el semanal La Tierra, que más adelante se convierte en diario y mantiene ocupado al joven escritor.
Debido a que Sender había realizado el servicio militar, en 1922 lo llaman para participar en la guerra de Marruecos. Se destaca en el servicio, asciende en la jerarquía militar y es premiado por su participación. Su experiencia en dicha guerra le sirvió de inspiración para su novela de 1930 titulada Imán.
A sus 24 años vuelve a Madrid. Allí sigue escribiendo, pero su actividad política se convierte en su principal preocupación. Simpatiza con los agrupamientos comunistas e incluso viaja a Moscú en 1935 y luego escribe sobre esa visita a la URSS. Participa de una protesta contra Primo de Rivera, quien en ese período ocupa el puesto de Primer Ministro de España, y termina preso.
Cuando estalla la Guerra Civil en el año 1936, Sender se separa de su mujer, Amparo Barayón, y sus dos hijos pequeños para unirse a las filas del ejército republicano. Amparo y sus hijos van a Zamora. Solo unos meses después, las fuerzas nacionalistas fusilan a Amparo. Cuatro meses antes de esa tragedia, el hermano de Sender también ha sido asesinado por las fuerzas nacionalistas.
Sender se refugia primero en Francia y luego viaja a México y a los Estados Unidos, enviado por el gobierno republicano para presentar la causa de la República en el extranjero. Vuelve a Francia, pero cuando Franco gana, Sender decide mudarse a vivir a México con sus hijos. Primero allí y luego en los Estados Unidos, él escribe de manera prolífica y se convierte en profesor universitario.
Algunas de sus obras más conocidas son: Réquiem por la muerte de un campesino español (1960), Los cinco libros de Ariadna (1957), El rey y la reina (1948), entre otros. Los críticos coinciden en que su obra más ambiciosa y valiosa es su autobiografía Crónica del alba, dividida en tres tomos de tres novelas cada uno donde explora su niñez, su juventud y su compromiso político.
En 1969 escribe la novela La vida de Ignacio Morell, por la que recibe el Premio Planeta. La fecha del premio coincide con el decreto de Franco que establecía amnistía para todos los crímenes cometidos durante la Guerra Civil. Gracias a la confluencia del premio y el decreto, Sender vuelve al país luego de tantos años en el exilio. A partir de 1974 sus obras dejan de estar prohibidas en España y, para fines de esa década, Sender intenta recuperar su ciudadanía española (previamente ha obtenido la ciudadanía estadounidense) con la intención de establecerse de vuelta en Madrid. Antes de poder completar su proyecto, Sender muere en los Estados Unidos el 16 de enero de 1982.