Americanah

Americanah Citas y Análisis

Y estaba también Obinze, claro. Su primer amor, su primer amante, la única persona con quien nunca había sentido la necesidad de explicarse. Ahora él era marido y padre, y habían perdido el contacto hacía años; así y todo, no podía engañarse pensando que él no formaba parte de su añoranza, o que ella no se acordaba de él con frecuencia, cuando en realidad examinaba su pasado juntos, buscaba augurios de algo que era incapaz de nombrar.

Narrador, p. 11

Esta cita se ubica en las primeras páginas de la novela y pone de manifiesto su carácter de historia de amor. Si bien Ifemelu y Obinze están distanciados hace años, nunca dejan de pensarse mutuamente. La idea de que ella no solo lo recuerda, sino que también busca "augurios", es decir, señales, con respecto a Obinze nos da la pista de que la relación tiene no solo un pasado, sino también un futuro, a pesar de que por el momento viven en diferentes continentes y él ha formado una familia. Por otra parte, desde el comienzo queda en claro que entre ambos existe una conexión especial, no solo afectiva y sexual, sino también emocional e intelectual, ya que ella siente que él es la única persona que realmente la comprende.

Le dio la dirección del Salón de Trenzado Africano Mariama. Era su primera visita a esa peluquería —su establecimiento habitual había cerrado porque la dueña volvía a Costa de Marfil para casarse—, pero sería idéntica, estaba segura, a los demás salones de trenzado africano que había conocido: se hallaban todos en la parte de la ciudad donde había pintadas, edificios con humedades y ninguna persona blanca; exhibían vistosos letreros con nombres como Salón de Trenzado Africano Aisha o Fatima; tenían radiadores que calentaban demasiado en invierno y aparatos de aire acondicionado que no enfriaban en verano; y reunían a un sinfín de trenzadoras de pelo francófonas del África Occidental, una de las cuales era la dueña y hablaba mejor el inglés y atendía el teléfono y era tratada con respeto por las demás. A menudo alguien llevaba un bebé a la espalda sujeto por medio de un paño. O un niño de corta edad dormía en un protector extendido sobre un sofá lastimoso. A veces se pasaban por allí críos mayores. Las conversaciones se desarrollaban en francés o en wólof o en malinké, y cuando hablaban en inglés a las clientas, era un inglés macarrónico, extraño, como si no hubiesen accedido gradualmente al idioma antes de incorporar el argot americano. Las palabras salían a medio acabar. En una ocasión una trenzadora guineana, en Filadelfia, le dijo a Ifemelu: «Osé, Do mí, aba moloca». Ifemelu necesitó muchas repeticiones para entender que la mujer decía: «O sea, Dios mío, estaba como loca».

Narrador, p. 14

La novela se abre con Ifemelu viajando en tren desde Princeton, donde ella vive, hacia Trenton, una ciudad cercana pero diferente, para poder trenzarse el cabello. Así, muestra el contraste entre Princeton, una ciudad próspera, rica y con mayoría de blancos, y Trenton, donde viven personas de clases más bajas y mayoritariamente no blancas. Ifemelu se siente muy disgustada por no tener una peluquería apropiada cerca de su casa, y este desplazamiento obligatorio en el espacio demuestra las desigualdades de raza y clase que se imponen en Estados Unidos. En efecto, la cita describe la peluquería de Mariama, donde la protagonista se trenzará el cabello, pero dice que es igual a todos los salones de trenzado africano de la zona. Y caracteriza estos espacios como lugares precarios, un tanto caóticos, ubicados en barrios marginalizados y ocupados por mujeres de clases bajas, en su mayoría migrantes africanas.

La narración señala la complejidad lingüística de estos espacios: las peluqueras suelen provenir de países africanos donde la lengua oficial es el francés, pero también hablan lenguas originarias de ese continente, como el wólof y el malinké, muy extendidas en varios países de África occidental, es decir, en torno al océano Atlántico. Usan el inglés apenas para comunicarse con las clientas y, por lo tanto, lo hablan con cierta dificultad; un idioma "macarrónico" es aquel que tiene muchos errores gramaticales y de vocabulario y presenta una pronunciación extraña. Al mismo tiempo, como usan el inglés de manera práctica, a pesar de sus errores, estas mujeres usan palabras del argot estadounidense, es decir, el slang, las palabras locales de uso informal, cotidiano.

—Volverá y será una americanah como Bisi —dictaminó Ranyinudo.

Se rieron a carcajadas, por la palabra "americanah", envuelta en jolgorio, la cuarta sílaba prolongada, y por el recuerdo de Bisi, una chica del curso por debajo de ellas que había regresado de un corto viaje a Estados Unidos con peculiares afectaciones, fingiendo que ya no entendía el yoruba, añadiendo una "erre" arrastrada a cada palabra que pronunciaba en inglés.

Ranyinudo y narrador, p. 78

En un recuerdo de la adolescencia de Ifemelu, se reconstruye el momento en que la familia de Ginika decide migrar a Estados Unidos. Para despedirla, el grupo de amigas se junta con frecuencia a conversar e imaginar el futuro de Ginika. En ese contexto, las chicas hacen bromas sobre los modos en los que el cambio de país puede afectar su personalidad. Así, la novela explica su título: "americanah" es un término burlón que los nigerianos usan para referirse a aquellos que migran a Estados Unidos, abandonan su cultura originaria y adoptan de manera exagerada, pretenciosa y afectada los hábitos del país norteamericano. Como puede leerse en la cita, esos cambios se notan en la pronunciación de la lengua inglesa (cabe recordar que en Nigeria la lengua oficial es el inglés y todos los personajes de esta novela hablan ese idioma). Más adelante, las experiencias de Ifemelu como migrante exhibirán que también cambian los modos de vestirse y alimentarse, así como las maneras de ver el cuerpo -por ejemplo, la gordura está muy mal vista en Estados Unidos- y la clasificación racial de la sociedad. El hecho de que la novela se titule Americanah nos permite pensar que, a pesar de que Ifemelu se mantiene genuina y finalmente decide volver a Nigeria, adopta algunas perspectivas y costumbres estadounidenses que la cambian para siempre. Esto indica cuán central es el tema de la migración en la obra.

—Tengo que quitarme las trenzas y alisarme el pelo para las entrevistas. Kemi me dijo que no fuera con trenzas a las entrevistas. Si llevas trenzas, te consideran poco profesional.

Uju, p.139

Durante los primeros meses que Ifemelu pasa en Estados Unidos, se queda en casa de la tía Uju, en Brooklyn. La tía finalmente aprueba los exámenes que la habilitan para practicar la medicina en ese país y consigue una entrevista de trabajo. Inmediatamente después de festejar la buena noticia con Ifemelu, la mujer le dice que debe cambiar su peinado y alisar su cabello. Así, la novela denuncia una realidad del racismo cotidiano en Estados Unidos: en ese país, está muy instalada la idea de que el cabello crespo natural o peinado de modos típicamente africanos o afrodescendientes es poco profesional, e inadecuado para diferentes actividades. Por eso, Uju se ve obligada a sacarse las trenzas y alisar su pelo. En este momento, Ifemelu no puede creer lo que escucha, e incluso juzga a su tía por sobreadaptarse a la sociedad local. Sin embargo, más tarde ella misma pasará por una situación similar y entenderá cuánto impacto tienen esas perspectivas racistas en Estados Unidos. A su vez, Ifemelu irá paulatinamente entendiendo y aceptando que, ante las condiciones hostiles que se les imponen, las personas migrantes deben hacer cosas que no quieren o que van en contra de sus principios; es una cuestión de supervivencia.

Más tarde Ginika dijo: "Podías haber dicho que Ngozi era tu nombre tribal e Ifemelu tu nombre de la selva y añadir otro como nombre espiritual. Cuando se trata de África, se creen toda clase de chorradas".

Narrador y Ginika, p. 152

Antes de que Ifemelu deje Brooklyn para estudiar en la universidad, en Filadelfia, la tía Uju le entrega documentos que pertenecen a Ngozi Okonkwo, otra mujer negra, para que pueda trabajar. La protagonista se extraña y horroriza al saber que, en la sociedad estadounidense, para los blancos, las personas negras son todas iguales y, por lo tanto, nadie notará que ella no se parece en nada a las fotos de la documentación de esa otra mujer.

Ya en Filadelfia, en una de las primeras entrevistas de trabajo, Ifemelu se olvida de usar el nombre de Ngozi Okonkwo. Luego le cuenta lo ocurrido a Ginika y esta le dice, de manera burlona, que puede inventar una explicación absurda para justificar por qué supuestamente tiene dos nombres, tal como expresa esta cita. A pesar de ser un chiste, esta idea también es una denuncia: pone de manifiesto que las personas blancas, por ser extremadamente ignorantes con respecto a África, pueden creerse cualquier cosa ridícula.

Queridos negros no estadounidenses, cuando tomáis la decisión de venir a Estados Unidos, os convertís en negros. Basta ya de discusiones. Basta ya de decir soy jamaicano o soy ghanés. A Estados Unidos le es indiferente. ¿Qué más da si no erais "negros" en vuestro país? Ahora estáis en Estados Unidos. Tendremos nuestros momentos de iniciación en la Sociedad de los Antiguos Esclavos Negros. El mío tuvo lugar en la universidad cuando, en una clase, me pidieron que ofreciera la perspectiva negra, solo que yo no entendía ni remotamente a qué se referían. Así que me inventé algo, sin más. Y admitidlo: decís "No soy negro" solo porque sabéis que el negro es el último peldaño de la escala racial estadounidense.

Ifemelu, p. 256

Esta cita es un fragmento del blog que escribe Ifemelu, por lo que nos permite leer sus pensamientos, reflexiones y experiencias en primera persona, sin la mediación de la voz narradora. Como en la mayoría de sus textos, la protagonista se dirige directamente a las personas negras y, en este caso, en particular, a los migrantes africanos o afrolatinoamericanos en Estados Unidos. Ifemelu denuncia el modo en que la sociedad estadounidense aglutina y uniforma a todas las personas negras bajo una única categoría, borrando sus identidades y sus particularidades culturales: en ese país, a nadie le importa de qué lugar vienen, ni cuál es su historia, sino que todos son clasificados como descendientes de personas esclavizadas. Reducir la historia de las personas negras a la historia de la esclavización es simplista y, sobre todo, racista.

Esa noche, al oscurecer, degradándose el color del cielo hasta tornarse de un violeta claro, Obinze se convirtió en Vincent.

Narrador, p. 289

Trazando un paralelo con las experiencias de Ifemelu, Obinze, al migrar, también se ve forzado a usar documentación que le pertenece a otro hombre negro para poder trabajar en Londres. En ambos casos, se trata de experiencias traumáticas. En primer lugar, ambos son jóvenes honestos y usar documentos falsos constituye un delito, con lo cual se preocupan, tienen miedo y se sienten mal consigo mismos. En segundo lugar, el paralelo manifiesta la pérdida de identidad que atraviesan muchos migrantes, en particular africanos, en los países poderosos de Occidente. El impacto de la despersonalización es tal que Obinze "se convierte" en otra persona, deja su identidad y adopta la del otro. Esto es tan cierto que incluso los personajes con los que más conecta, Roy y Nigel, creen que se llama Vincent, lo apodan Vinny y organizan un festejo para el día de su cumpleaños, que en realidad corresponde a la fecha de nacimiento escrita en los documentos, y no al verdadero aniversario de Obinze.

Para ella, los blogs eran algo nuevo y desconocido. Pero contar a Wambui lo que ocurría era satisfactorio solo hasta cierto punto: anhelaba más oyentes, y anhelaba conocer las vivencias de otros. ¿Cuántas personas más optaban por el silencio? ¿Cuántas personas más se habían convertido en negras en Estados Unidos? ¿Cuántas habían tenido la sensación de que una gasa envolvía su mundo? Rompió con Curt al cabo de unas semanas, se registró en WordPress y nació su blog. Después le cambiaría el nombre, pero al principio lo llamó Raza o Curiosas observaciones a cargo de una negra no estadounidense sobre el tema de la negritud en Estados Unidos. Su primer post fue una versión del email enviado a Wambui con una puntuación más cuidada.

Narrador, 339

En esta cita se relata el nacimiento del blog que cambiará completamente la vida de Ifemelu. Esta publicación online es una plataforma donde la protagonista comparte sus reflexiones, sentimientos y experiencias, donde ejerce el pensamiento crítico acerca de cuestiones raciales en Estados Unidos, donde se reconecta con su identidad. Además, dado que el blog gana muchísimos lectores habituales, se convierte en una fuente de ingresos, ya que comienza a publicar anuncios y luego la invitan a dar talleres y conferencias. Su éxito es tal que comienza a ganar mucho dinero y llega incluso a comprarse un apartamento.

En la cita, queda claro que, desde el principio, el blog es un espacio para la creación de la identidad, tanto individual como colectiva, ya que Ifemelu ansía compartir sus vivencias y opiniones con otros, y el intercambio la ayuda a entender y entenderse mejor. De hecho, es gracias al estímulo de Wambui que decide abrir el blog, dado que antes no sabía muy bien de qué se trataba. Por otra parte, cabe destacar que la escritura en el blog está estrechamente relacionada con la intimidad de Ifemelu. No solo cuenta experiencias personales, sino que, además, la historia de la publicación está marcada por momentos de la vida íntima de la protagonista: abre el blog tras una pelea con Curt, de quien se separará poco tiempo después, y años más tarde pondrá fin al blog al separarse de Blaine y decidir regresar a Nigeria.

Así pues, tras esta lista de recomendaciones de lo que no debes hacer, ¿qué debes hacer? No lo sé muy bien. Intenta escuchar, tal vez. Oye lo que se dice. Y recuerda que no tiene que ver contigo. Los negros estadounidenses no te dicen que tú seas el culpable. Solo te dicen qué es lo que pasa. Si no lo entiendes, pregunta. Si te incomoda preguntar, di que te incomoda preguntar y después pregunta igualmente. Es fácil ver cuándo hay buenas intenciones detrás de una pregunta.

Ifemelu, p. 373

Esta cita pertenece a otra entrada del blog de Ifemelu. Se trata de un texto destacado porque es el único en el que ella se dirige directamente a las personas estadounidenses no negras, y es especialmente extenso. La entrada funciona como un manual de instrucciones para no repetir actitudes, comportamientos y comentarios racistas al interactuar con personas negras, en particular en el contexto de Estados Unidos. Algunas de las indicaciones que Ifemelu dirige a las personas no negras son: escuchar a las personas negras en vez de explicarles sus propias experiencias; no comparar otros tipos de sufrimiento con el sufrimiento que se desprende del racismo; no igualar el racismo contra las personas negras con otras formas de discriminación, como el antisemitismo; no explicarles a las personas negras qué es el racismo; no minimizar las problemáticas de raza ni asegurar que lo más grave es la desigualdad de clases. Finalmente, como leemos en las palabras citadas, la protagonista recomienda a las personas no negras no sentirse atacadas personalmente al conversar sobre racismo con personas negras, y las invita a hacer preguntas para aprender y entender al otro.

El frescor se disipó enseguida. Un aire húmedo y caliente anegó la habitación, y pronto Ifemelu se revolvía en la humedad de su propio sudor. Había empezado a sentir una dolorosa palpitación detrás de los ojos y un mosquito zumbaba cerca, y de repente, con cierta culpabilidad, se alegró de tener un pasaporte azul de Estados Unidos en el bolso. La protegía de la falta de elección. Siempre podía marcharse; no estaba obligada a quedarse.

Narrador, p. 435

Cuando Ifemelu regresa a Lagos, al final de la novela, le cuesta adaptarse de nuevo a su ciudad natal. Ve que el lugar ha cambiado mucho, y también se da cuenta de que ella también lo ha hecho. Al principio, por ejemplo, la incomodan la temperatura y la humedad. En ese punto, parece comportarse como una "americanah", al menos en cierta medida: no solo se ha desacostumbrado a cosas muy normales y cotidianas de la realidad nigeriana, sino que, además, la tranquiliza saber que tiene un pasaporte estadounidense y puede marcharse si así lo desea.

Esto pone de relieve, una vez más, la centralidad de la migración en la novela y los modos en que esta cambia la personalidad y la identidad de los personajes. A su vez, se enfatiza la cuestión de los documentos, que funcionan como símbolos de la categoría a la que pertenece una persona; tener un pasaporte estadounidense la convierte en un ser humano más libre. Paradójicamente, la tranquilidad que le ofrece la documentación extranjera también le genera culpa porque, de alguna manera y hasta cierto punto, indica un desprecio hacia Nigeria y lo nigeriano. De todas maneras, un poco más adelante en la novela, Ifemelu vuelve a sentirse como en casa y recupera su identidad nigeriana de una manera más plena.

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