La Loca del Frente
No se conoce el nombre de pila o el nombre elegido de este personaje protagónico de la historia. Se trata de alguien que no se reconoce en los géneros binarios y normativos, que desafía las nomenclaturas tradicionales y que, con su devenir mujer, desestabiliza todo intento de normatividad, tanto heterosexual como homosexual. Los pronombres y sustantivos utilizados por los otros para referirse a "La Loca del Frente" fluctúan entre el femenino y el masculino; el narrador y la Loca utilizan el femenino.
Su apodo es compuesto. Es "la Loca" porque este es un término que refiere, de forma peyorativa en su origen, a varones afeminados; Lemebel, y otros autores y actores sociales, se apropian del término y lo resignifican. Las locas son latinoamericanas, pobres, marginadas, afeminadas, se travisten. Es la "del Frente", por un lado, porque remite a cómo la llaman las vecinas del barrio: vive en la casa que está enfrente del almacén; por otro lado, refiere al Frente Patriótico Manuel Rodríguez, agrupación en la que milita Carlos, el joven del que está enamorada, con cuyas actividades políticas encubiertas ella colabora sin estar del todo al tanto.
La Loca tiene más de cuarenta años, es morocha, le queda poco pelo, tiene ojeras, pestañas mochas, una nariz que "había sucumbido a la gravedad carnosa de la vejez" (75), usa dientes postizos, apenas sabe escribir, escucha boleros todo el día en la radio, sus recursos económicos son escasos, tras haber dejado la prostitución se dedica al bordado de manteles y sábanas, tiene pocas amistades, no presenta preferencias políticas y alquila una casa derruida, que arregla y decora, y que utiliza para albergar a Carlos y a sus compañeros de militancia en las reuniones clandestinas que realizan.
Sobre su vida previa, sabemos que tuvo una infancia y adolescencia sufridas: de niño, queda huérfano de madre; en la escuela, sufre por las burlas de sus compañeros y por los tratos de sus profesores, que abogan porque sea llevado a un médico para enronquecer su afeminada voz y cambiar su modo de caminar y moverse; en la casa, su padre le pega con la correa del cinturón por ser un "cacho amariconado", para reformarlo y que se "hiciera hombre" (15), dado que considera que "le había salido fallado" (15), y, una noche, borracho, lo viola. Huye de la casa paterna cuando el padre intenta que realice el servicio militar. Luego se dedica a la prostitución y se vuelca al alcohol, hasta que, ayudada por la Rana, aprende el oficio de costurera y bordadora. Se enemista con la Rana cuando esta la echa de la casa, cuando la Loca la supera en su oficio y tiene mayor número de clientes. Luego se reconcilian.
A partir de su relación con Carlos, comienza, paulatinamente, a interesarse en la realidad política que está atravesando Chile.
Carlos
Joven y apuesto miembro de la organización armada de extrema izquierda Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Supuestamente es estudiante universitario. No hay demasiada información fidedigna sobre él, ya que, como se mueve en la clandestinidad, los datos que da, como su nombre, son falsos.
Conoce a la Loca en el almacén y le solicita que le guarde cajas con libros prohibidos por la dictadura y que le preste su casa para reuniones con sus compañeros de universidad. En realidad, se trata de sus compañeros de militancia: son guerrilleros y están planeando el atentado contra Augusto Pinochet del 7 de septiembre de 1986. Al finalizar la obra, Carlos anuncia su partida hacia Cuba.
Augusto Pinochet
Se trata de Augusto José Ramón Pinochet Ugarte, presidente de facto en Chile durante los años 1973-1990. En la novela es retratado a sus 70 años de edad y en su décimo tercer año como presidente dictatorial. Está casado con Lucía Hiriart. Se lo ve, además de violento y autoritario, cansado, abrumado por pesadillas, apesadumbrado, con insomnio, temeroso por perder el poder, solitario, cobarde, misántropo y homofóbico.
Desde niño es un ser rencoroso, solitario y obsesionado con el mundo militar. Esto se percibe a través de una de sus pesadillas, en las que rememora un cumpleaños de su pasado, la ausencia de amistades y su colección de juguetes: guerreros persas, soldados romanos, gurkas etíopes, camioncitos, jeeps y tanques blindados, entre otros. De adulto, ese gusto por la colección de armas en miniatura se traslada a la compra de armas de dictadores y la adoración de figuras como Hitler o Franco.
Pasa los fines de semana en su casa de campo. Al regresar de uno de estos viajes, en el Cajón del Maipo, sufre un atentando contra su vida. Su chofer consigue ponerlo a salvo.
Lucía Hiriart
Es la Primera Dama de Chile durante la dictadura: se trata de la esposa del dictador Augusto Pinochet, cuyo nombre completo es María Lucía Hiriart Rodríguez. En la época de la acción de la novela tiene 63 años y es presentada como una mujer superficial, frívola, clasista y extremadamente conversadora.
Se menciona que de joven había sido sencilla, una estudiante de liceo de provincia. Ahora, presa de poder, se muestra despilfarradora, hipócrita, ostentosa, supersticiosa y discriminadora. Todo lo que hace está guiado por lo que su estilista, Gonzalo, le aconseja.
Rana
Es una de las amigas "locas" de la Loca del Frente. Vive en el barrio de Recoleta, cerca del Cementerio, un barrio popular de Santiago, junto a otras dos travestis: Lupe y Fabiola. Rana es quien, como una madre, ayuda a la Loca a salir adelante en su peor momento del pasado: le brinda albergue, la saca del alcoholismo, la obliga a bañarse, la viste, la aconseja, la alimenta y le enseña el oficio de bordado. Cuando la Loca la aventaja en el trabajo, se distancian, pero luego vuelven a amigarse.
De joven, la Rana trabaja en un prostíbulo rico del norte del país. Luego, cuando deja la prostitución, se dedica de lleno al oficio de costurera. Es presentada como "una veterana cola de noventa kilos" (64). Cuando la Loca debe abandonar su casa, confía en ella para dejarle sus cosas y despedirse.
Lupe
Amiga travesti de la Loca. Vive en el barrio de Recoleta junto a Rana y Fabiola y es la más joven del trío. Es presentada como "una negra treintona y chicha fresca", es decir, que tiene algo más de treinta años y que es simpática y alegre y, para la Loca, es "una loca tonta que no entendía nada" (67). Se trata de la única que todavía realiza shows, disfrazada de la cantante Carmen Miranda, con su vestimenta típica de frutas y colores. Es la encargada de conquistar hombres en la calle para llevarlos a la casa y mantener relaciones sexuales con las tres. Le gusta visitar la disco gay.
Fabiola
Amiga travesti de la Loca, ya alejada, por su edad, de la prostitución. Vive en el barrio de Recoleta junto a Rana y Lupe.
Laura
Es miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Supuestamente, es compañera de la universidad de Carlos. Es altiva, viste minifaldas y escotes que son envidiados por la Loca, tiene el pelo largo, lacio y sedoso. La Loca sospecha que mantiene una relación amorosa con Carlos. No se conoce el nombre verdadero, ya que, al ser parte del grupo revolucionario, tiene nombre falso.
Es quien se encarga de llevar a la protagonista hasta Viña del Mar cuando la casa de la Loca corre riesgo de ser requisada por la policía. Ella también pasa a la clandestinidad tras el atentado.
Catita Ortúzar
Dama de la alta sociedad, esposa del general Ortúzar. Es la clienta más antigua de la Loca. Tiene pelo color violeta ceniza, ojos celestes y estima a la Loca, a quien trata bien.
Le solicita a la Loca un mantel bordado con un escudo de Chile que planea usar en una reunión para homenajear a Pinochet.
Gonzalo
Gonzalo aparece referido varias veces por Lucía Hiriart, pero no toma parte en la acción narrativa. Se trata de su estilita personal y, en la vida real, es Gonzalo Cáceres. Es gay y es muy respetado por Lucía y menospreciado por Pinochet.
La dueña del almacén
Vive frente a la casa de la Loca y es quien le presta el teléfono cada vez que ella lo necesita y le avisa cuando tiene llamadas. Es una persona discreta.
Las vecinas del barrio
Grupo de mujeres que se reúnen en la puerta del almacén y observan, chismosas, a la Loca. La estiman, pero también hablan de ella por lo bajo. Utilizan el pronombre masculino para referirse a la Loca, pero también se ríen y se burlan y, entonces, la nombran utilizando pronombres y adjetivos en femenino. Les produce curiosidad saber por qué entran tantos hombres a su casa y qué relación mantiene con el joven Carlos.
Joven taxi boy
Muchacho que la Loca conoce en el cine la tarde en la que se produce el atentado. Ella solo lo toca, pero no llega a tener sexo con él: se va antes y lo deja allí, quejándose por no haberle pagado.
Pasajera de la micro
En uno de los viajes en micro de la Loca hacia el centro mantiene una breve conversación con una mujer de derecha. La pasajera se ofende cuando la Loca la contradice.
Cadete Abarzúa
Se trata de un cadete de la Escuela Militar que presta servicios en la casa de fin de semana de Pinochet. Es el sobrino del coronel Abarzúa. El dictador hace que le den la baja por su comportamiento homosexual.
El chofer del dictador
Es quien conduce el auto del presidente de facto cuando se produce el atentado. Logra retroceder y sacar del lugar de los hechos a Pinochet.
Periodista de Radio Cooperativa
Joven periodista de Radio Cooperativa que, tras el atentado, entrevista a la señora Lucía Hiriart. Es puesta en ridículo por la primera dama, quien le dice que hace preguntas tontas.
Pasajero de la micro
Joven obrero que se masturba apoyándose en la Loca en un viaje en micro.
Niños y niñas del barrio
Son los asistentes al festejo de cumpleaños de Carlos. Se dirigen a la Loca como "Tío". Suelen jugar al fútbol en la calle.